Libro Azul Diplomático 2023
Capítulo 1
Contexto internacional y perspectivas de la diplomacia japonesa
Para garantizar sus intereses nacionales en los ámbitos político, diplomático, de seguridad y económico, y mantener y desarrollar un orden internacional basado en valores y principios universales como la libertad, la democracia, los derechos humanos y el Estado de derecho, así como para prevenir las crisis y crear de forma proactiva un entorno internacional pacífico y estable, Japón necesita impulsar estratégicamente su política exterior, al tiempo que entiende los cambios y tendencias en asuntos internacionales de forma clara y se adapta a ellos.
A continuación, describimos el contexto internacional donde se encuentra Japón y las perspectivas de la política exterior del país.
1 Contexto internacional
La comunidad internacional se encuentra en un momento crucial de la historia.
Desde el final de la Guerra Fría, se ha extendido por todo el mundo un orden internacional libre, abierto y estable. Las democracias avanzadas, incluidos los abrumadoramente poderosos Estados Unidos y Japón, tomaron la iniciativa de mantener y desarrollar un orden internacional basado en valores y principios universales como la libertad, la democracia, el respeto de los derechos humanos fundamentales y el Estado de derecho. Se consolidó una tendencia hacia la cooperación internacional para mejorar la equidad, la transparencia y la previsibilidad de las relaciones internacionales. Además, sobre la premisa de dicho orden internacional, la globalización económica y la interdependencia han avanzado, aportando cierto grado de estabilidad y crecimiento económico a la comunidad internacional, incluidos los países en desarrollo.
Sin embargo, aunque la globalización ha reducido las disparidades entre las naciones del mundo en su conjunto, algunos países, como los Países Menos Adelantados (PMA), no han podido disfrutar plenamente de sus beneficios. Por otra parte, en los países desarrollados, las disparidades internas más bien han aumentado, lo que ha provocado tensiones y divisiones políticas y sociales. Además, el ascenso de China y otros países emergentes y en desarrollo, que se desarrollaron en el marco del orden internacional descrito anteriormente, ha provocado un cambio en el equilibrio de poder de la comunidad internacional en los últimos años, y la competencia geopolítica entre las naciones se ha intensificado. Algunos Estados están reforzando su poder militar de forma rápida y poco transparente, y se están volviendo más asertivos y desafiantes, tomando como base sus propios puntos de vista y valores históricos, para el orden internacional existente. Además, en los últimos años, el ámbito de la seguridad se ha ampliado a retos como garantizar la resiliencia de la cadena de suministro de semiconductores y tierras raras, la promoción y protección de tecnologías críticas y emergentes, la ciberseguridad y la lucha contra la desinformación.
A medida que se tambalea el actual orden internacional libre y abierto basado en el Estado de derecho, crece la tendencia entre las naciones a potenciar su poder nacional general y competir por la influencia internacional para lograr sus propios intereses nacionales. Ante esta situación, es difícil afirmar que las Naciones Unidas (ONU) y otras organizaciones internacionales hayan funcionado adecuadamente. Los intereses de cada país se han vuelto cada vez más complejos, lo que dificulta enormemente encontrar una postura unificada, y el espíritu de cooperación internacional está disminuyendo. Como resultado, las fuerzas polarizadoras están ganando poder en la comunidad internacional, y se teme que el nivel de tensión y confrontación aumente en el futuro.
Al mismo tiempo, problemas globales como el cambio climático, el medio ambiente, las enfermedades infecciosas, el desarme nuclear y la no proliferación, o el terrorismo no pueden ser resueltos por una sola gran potencia, y la cooperación de la comunidad internacional es más necesaria que nunca. La economía mundial está cada vez más globalizada y es más interdependiente, y ya no es posible una disociación completa. Así pues, las relaciones internacionales se han convertido en una situación compleja en la que la confrontación, la competencia y la cooperación están estrechamente entrelazadas.
Con este telón de fondo, la siguiente parte explica los principales problemas internacionales que se han hecho visibles y evidentes en 2022.
(1) La agresión de Rusia: Un desafío flagrante al orden internacional
En febrero de 2022, Rusia lanzó su agresión contra Ucrania. Los principios de la comunidad internacional, como el respeto de la soberanía, la integridad territorial y la prohibición general del uso de la fuerza, fueron flagrantemente pisoteados por un miembro permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU). La agresión de Rusia es un acto indignante que sacude los cimientos mismos del orden internacional existente y simboliza el fin de la era posterior a la Guerra Fría. La comunidad internacional no debe permitir un acto tan escandaloso. Es sumamente importante que la comunidad internacional se una en respuesta a esta agresión de Rusia para disuadir cualquier nuevo intento de cambiar unilateralmente el statu quo por la fuerza.
Además, las repetidas amenazas de Rusia de utilizar armas nucleares contra Ucrania son inadmisibles. La amenaza del uso de armas nucleares, como está haciendo Rusia, y mucho menos el uso de armas nucleares, en cualquiera de sus formas, no debe tolerarse. La humanidad debe reflexionar sobre el peso de sus 77 años de historia de no utilización de armas nucleares. En este sentido, es profundamente lamentable que la Décima Conferencia de Revisión de las Partes del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP), celebrada en agosto, no lograra alcanzar un consenso sobre el documento final debido a la oposición de un país, Rusia.
También se ha señalado que Rusia está explotando las nuevas tecnologías, incluidos los ciberataques y la difusión de desinformación, para hacer avanzar sus operaciones militares, y que ha violado repetidamente el derecho internacional, incluidos los ataques contra civiles e instalaciones civiles. Además, se han señalado masacres de civiles cerca de Kiev, la capital ucraniana, como en Bucha, y ataques contra centrales nucleares. La agresión rusa también ha causado problemas como la crisis alimentaria y energética mundial, y ha provocado disturbios de diversa índole en muchos países, incluidos los países en desarrollo.
El 23 de febrero de 2023, en la Sesión Especial de Emergencia de la Asamblea General de la ONU, se adoptó por mayoría de 141 votos a favor una resolución que pedía la paz en Ucrania. La resolución afirma claramente que la paz no significa simplemente detener las hostilidades; debe ser global, justa y duradera, basada en los principios de la Carta de la ONU, como la soberanía y la integridad territorial.
(2) Países emergentes y en desarrollo con creciente presencia
La presencia de los países emergentes y en desarrollo, también conocidos como el Sur Global, ha ido en aumento gracias a sus respuestas a los retos a los que se enfrenta la comunidad internacional en los últimos años, incluida la agresión de Rusia contra Ucrania. La posición geopolítica de estos países, su situación económica y sus relaciones con Rusia y China varían de un país a otro. Aunque algunos países emergentes, como India, Brasil, Indonesia, Sudáfrica y Turquía, son miembros del G20, hay países vulnerables que sufren diversos retos, como el desarrollo, la pobreza, los conflictos regionales, el terrorismo y las catástrofes naturales, como los de África y Oriente Próximo. Sin embargo, muchos de estos países tienen en común que se sitúan en una posición intermedia entre los países occidentales y Rusia, absteniéndose de votar resoluciones en la Asamblea General de la ONU o mostrándose reacios a imponer sanciones a Rusia. Estos países han expresado sus dudas por que los países desarrollados se muestren entusiastas con la agenda europea pero no presten suficiente atención a los retos a los que se enfrentan, o que las respuestas de los países desarrollados tengan un doble rasero a la hora de aplicar los valores universales. Estas condiciones actuales indican que se está abriendo una era en la que ya no es posible que la comunidad internacional converja bajo un único conjunto de valores y principios. Por otra parte, a la hora de encontrar soluciones a los grandes retos a los que se enfrenta la comunidad internacional, es sumamente importante trabajar con el mayor número posible de países emergentes y en desarrollo en el marco del multilateralismo, mediante un enfoque integrador que supere las diferencias de valores e intereses. Desde esta perspectiva, como país desarrollado, Japón debe reforzar su implicación en estos países y adoptar una postura diplomática para buscar la cooperación que realmente necesitan.
(3) Reconstruir la gobernanza mundial1
Dado que la comunidad internacional está alcanzando un punto de inflexión histórico, el sistema ideal de gobernanza mundial debería debatirse a fondo desde la perspectiva de la defensa de la paz, la seguridad y la prosperidad de la comunidad internacional, así como del mantenimiento de un orden internacional libre y abierto basado en el Estado de derecho.
Con este telón de fondo, la ONU se enfrenta a un momento difícil. El Consejo de Seguridad de la ONU, principal responsable de la paz y la seguridad internacionales, no ha funcionado eficazmente en respuesta a la agresión contra Ucrania por parte de Rusia, miembro permanente del Consejo. Además, el desarrollo nuclear de Corea del Norte y sus repetidos lanzamientos de misiles balísticos son claras violaciones de las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad de la ONU, pero debido a la resistencia de China y Rusia, incluido su ejercicio del veto, no se ha emitido ni una nueva resolución del Consejo de Seguridad de la ONU ni siquiera una Declaración Presidencial. Por otro lado, la Asamblea General de la ONU ha desempeñado un papel en la demostración de la voluntad colectiva de la comunidad internacional contra la agresión rusa mediante la celebración de la sesión especial de emergencia basada en la resolución “Unidos por la paz”. En el plazo de un año desde el inicio de la agresión se adoptaron seis resoluciones de la Asamblea General, incluidas las de condena a Rusia. Además, la adopción de una resolución de la Asamblea General que, de hecho, obliga al país que veta a rendir cuentas ante la Asamblea General de la ONU cuando el Consejo de Seguridad de la ONU no ejerce las responsabilidades que le corresponden debido al veto del miembro permanente, forma parte de los esfuerzos de los Estados miembros por reforzar las funciones de la ONU.
A diferencia de la ONU, en la respuesta a la agresión de Rusia contra Ucrania destacan la unidad y la coordinación entre países de ideas afines, como el G7, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y la Unión Europea (UE). En particular, el G7 compartió un sentimiento de urgencia desde inmediatamente después de que estallara la crisis, y ha prestado continuamente un amplio apoyo a Ucrania y ha impuesto sanciones estrictas contra Rusia, celebrando once reuniones de ministros de Asuntos Exteriores y seis reuniones de líderes, tanto en formato virtual como presencial, sólo en el año 2022. La importancia del G7, cuya presencia en la comunidad internacional se decía que estaba disminuyendo en los últimos años, se reafirma ahora ante la agresión de Rusia, que supone un desafío flagrante al Estado de derecho.
Por otro lado, se ha prestado atención a cómo el G20, un marco que incluye a Rusia y a los países emergentes, trata la agresión rusa. En la Cumbre del G20 celebrada en Bali, Indonesia, en noviembre, se adoptó la Declaración de los Líderes, en la que se acordó incluir la frase “La mayoría de los miembros condenan firmemente la guerra en Ucrania” tras una rigurosa coordinación, gracias al liderazgo del presidente Joko Widodo. La frase “condenan firmemente la guerra en Ucrania” se trasladó a la posterior Declaración de los Líderes de la APEC, celebrada en Tailandia.
Se ha observado un movimiento para reconstruir la gobernanza mundial en cuestiones globales. En el ámbito de la salud mundial, basándose en las lecciones aprendidas de la respuesta a la pandemia del COVID-19, se están realizando esfuerzos para reforzar las normas internacionales de respuesta a la pandemia bajo la Organización Mundial de la Salud (OMS), para coordinar una futura plataforma de medidas médicas sobre la capacidad existente del Acelerador ACT2, y para establecer el Fondo Pandémico bajo el liderazgo del Banco Mundial. Estos esfuerzos por reforzar la arquitectura sanitaria mundial para la prevención, preparación y respuesta ante futuras emergencias sanitarias, están en pleno apogeo.
La 27ª sesión de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27) adoptó el “Plan de Aplicación de Sharm el-Sheikh”, en el que se pedía a las Partes que reforzaran las medidas en cada ámbito para hacer frente al cambio climático. También se decidió establecer nuevos mecanismos de financiación, incluido un fondo, para ayudar a los países en desarrollo, especialmente los más vulnerables, a responder a las pérdidas y daños asociados a los efectos adversos del cambio climático.
- 1 Gobernanza mundial: El conjunto de instituciones, políticas, normas, procedimientos e iniciativas que proporcionan previsibilidad, estabilidad y orden en el tratamiento de las cuestiones interestatales en una comunidad internacional en la que no existe un nivel superior de gobierno, a diferencia del sistema nacional.
- 2 Acelerador ACT (Access to COVID-19 Tools Accelerator): una plataforma coordinada internacionalmente para la investigación, el desarrollo, la fabricación y el acceso equitativo a vacunas, diagnósticos y terapias para el COVID-19.
(4) Entorno de seguridad cada vez más grave en torno a Japón
Los desafíos por la fuerza al orden internacional existente, basado en el Estado de derecho, ya no son un reto exclusivo de Europa, sino que pueden surgir en cualquier parte del mundo, incluida Asia Oriental. En realidad, el entorno de seguridad que rodea a Japón es el de mayor gravedad desde el final de la Segunda Guerra Mundial, con los rápidos avances de Corea del Norte en su desarrollo nuclear y de misiles y los continuos intentos unilaterales de China de cambiar el statu quo por la fuerza o la coacción en el Mar de China Oriental y el Mar de China Meridional.
En el XX Congreso Nacional del Partido Comunista de China, celebrado en octubre, el Secretario General Xi Jinping fue confirmado para su tercer mandato como Secretario General. En el Informe del Comité Central de este Congreso del Partido, el Secretario General Xi Jinping reiteró que China aspira a convertirse en un país socialista fuerte y modernizado a mediados de siglo, afirmando que “se están acelerando en todo el mundo cambios trascendentales como no se habían visto en un siglo. Está en marcha un nuevo ciclo en la revolución científica y tecnológica y de transformación industrial, y se está produciendo un cambio significativo en el equilibrio interno de poder, lo que ofrece a China nuevas oportunidades estratégicas para perseguir el desarrollo”. China también sigue promoviendo la mecanización, informatización e inteligentización del Ejército Popular de Liberación de China, y continúa la rápida acumulación de poder militar sin la transparencia adecuada. China ha reforzado sus intentos unilaterales de cambiar el statu quo por la fuerza o la coacción en las zonas marítimas y aéreas del Mar de China Oriental y el Mar de China Meridional, incluidas las intrusiones en el mar territorial y en el espacio aéreo que rodean a las islas Senkaku de Japón, y ha ampliado e intensificado sus actividades militares en el Mar de Japón, el Océano Pacífico y otros lugares. Además, aunque mantiene su política de unificación pacífica de Taiwán, China no ha negado la posibilidad de recurrir al uso de la fuerza, y ha intensificado sus actividades militares en el espacio marítimo y aéreo que rodea Taiwán, incluido el lanzamiento de misiles balísticos en aguas próximas a Japón en agosto. La preocupación por la paz y la estabilidad a través del estrecho de Taiwán crece rápidamente no sólo en la región Indo-Pacífica, incluido Japón, sino en el conjunto de la comunidad internacional. La actual postura exterior de China y sus actividades militares son motivo de grave preocupación para Japón y la comunidad internacional. No tiene precedentes y representa el mayor desafío estratégico para garantizar la paz y la seguridad de Japón y la paz y la estabilidad de la comunidad internacional, así como para fortalecer el orden internacional basado en el Estado de derecho, al que Japón debe responder con el conjunto de su poder nacional y en cooperación con sus aliados, países afines y otros. Al mismo tiempo, es importante buscar acciones responsables por parte de China para construir una “relación constructiva y estable” mediante los esfuerzos de ambas partes a través de una comunicación franca a alto nivel, incluidos los líderes y los ministros de Asuntos Exteriores.
Corea del Norte ha lanzado repetidamente misiles balísticos con una frecuencia y de una forma sin precedentes, violando las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad de la ONU, incluido el misil balístico lanzado en octubre que sobrevoló Japón y el misil balístico de clase ICBM (Intercontinental Ballistic Missile) lanzado en noviembre que cayó dentro de la zona económica exclusiva (ZEE) de Japón. Además, Corea del Norte no ha mostrado ninguna actitud de respuesta a los llamamientos al diálogo, sino que ha reforzado su postura hostil hacia Estados Unidos y otros países, y ha dejado clara su política de producción masiva de armas nucleares tácticas y de aumento exponencial del arsenal nuclear. Esta serie de actividades de Corea del Norte constituye una grave e inminente amenaza para la seguridad nacional de Japón y un claro y serio desafío a la comunidad internacional.
Además, Rusia está acelerando sus actividades exteriores y militares en Extremo Oriente y Asia Oriental, lo que, particularmente si se suma a su coordinación estratégica con China, constituye una gran preocupación en materia de seguridad.
(5) Nuevas cuestiones como la seguridad económica
Además de la seguridad tradicional, en la actualidad se reconoce que abordar la seguridad económica como un nuevo reto es una cuestión urgente para cada país. Con la profundización de la interdependencia económica y el desarrollo de la ciencia y la tecnología, el ámbito de la seguridad se ha ampliado a los campos de la economía y las tecnologías emergentes. Además, la frontera entre los ámbitos militar y no militar se ha difuminado. Innovaciones tecnológicas como el 5G (sistemas de comunicación móvil de quinta generación), la IA (inteligencia artificial), el IoT (Internet de las cosas) y la tecnología cuántica y otras no solo están provocando cambios sustanciales en la sociedad y la vida cotidiana, sino que también están directamente vinculadas a la competitividad nacional, así como a los movimientos para reforzar el poder militar como tecnologías de doble uso para aplicaciones militares y civiles. Además, los ciberataques para inutilizar o destruir infraestructuras críticas, la interferencia en elecciones extranjeras, las peticiones de rescate y el robo de información sensible se llevan a cabo constantemente, incluso en forma de ciberataques patrocinados por el Estado.
El COVID-19 y la crisis de Ucrania han puesto de manifiesto las vulnerabilidades de la cadena mundial de suministros. El hecho de que algunos países no duden en utilizar la dependencia económica y sus propios grandes mercados como herramientas de coerción demuestra que estos riesgos no son temporales. El reto del robo de propiedad intelectual y tecnologías sensibles también es evidente.
Abordar estos problemas de seguridad económica y prácticas comerciales desleales son nuevos retos para el sistema comercial multilateral que ha apoyado la expansión de un orden económico internacional libre y justo desde el final de la Guerra Fría.
Además, están surgiendo nuevos retos en el ámbito de la cooperación económica, como la financiación del desarrollo que ignora la sostenibilidad de la deuda de otros países.
El rápido avance de la informatización, que se ha beneficiado de la tecnología digital, ha hecho posible una sociedad en la que cualquiera puede recopilar y difundir información libremente. Por otro lado, también ha dado lugar a problemas como los ciberataques y la difusión de desinformación. Además, no sólo los ataques intencionados, sino también la formación de un sesgo de confirmación3 a través de las redes sociales ha hecho más difícil la formación de una opinión pública basada en una información correcta y un debate sano.
Los efectos de las divisiones sociales así creadas son especialmente graves en las democracias, ya que afectan al proceso de formación del consenso en política exterior y general. También preocupa que esta situación pueda aprovecharse para afirmar la superioridad de los regímenes autoritarios sobre la democracia.
- 3 Sesgo de confirmación/Sesgo confirmatorio se refiere a: La tendencia, cuando se comprueba la veracidad de una hipótesis, a seleccionar preferentemente la información que apoya la hipótesis de entre una gran cantidad de información y a devaluar o ignorar la información que rechaza la hipótesis (fuente: Diccionario de Términos de Noticias de la Actualidad)