Jap�n es, tras los EE.UU, el segundo socio comercial de los
pa�es latinoamericanos, si bien el volumen de su comercio con
Latinoam�rica s�lo representa el 4%de la totalidad del comercio
exterior japon�s. Se cree, sin embargo, que esta cifra puede
aumentar en el futuro. Los principales socios del comercio
exterior japon�s son M�xico, Brasil, Chile, Argentina y
Panam�E entre otros.
En los a�os 90, Ia situaci�n econ�mica de Latinoam�rica ha
mejorado notablemente, por lo que esta regi�n ha llamado la
atenci�h internacional al convertirse en el segundo centro de
crecimiento econ�mico mundial despu�s del Asia Este. Esto se
debe principalmente a que en todos los pa�es latinoamericanos
se est�Eabordando con firmeza una reforma econ�mica basada en
los principios de Ia econom�} de mercado, produci�ndose una
destacada activaci�n econ�mica.
Como consecuencia de la mejora econ�mica, el volumen de las
exportaciones japonesas hacia el mercado latinoamericano aumenta
de a�o en a�o, de manera que en 1995 alcanz�EIa cifra de
19,700 millones de d�lares, muy superior a los 9,700 millones de
d�lares registrados en 1990 (la exportaci�n japonesa a
Latinoam�rica representa el 4.45% del total de las exportaciones
japonesas de 1995, incluyendo maquinaria, productos qu�icos y
sider�rgicos, etc.). Por otra parte, en cuanto a las
importaciones japonesas procedentes de Latinoam�rica, se observa
una disminuci�n en su volumen de 9,400 millones de d�lares en
1990 a 7,900 millones de d�lares en 1994, causada por el
decrecimiento de la demanda de materias primas como consecuencia
del largo periodo de estancamiento econ�mico de Jap�n y la
bajada de la cotizaci�n de las materias prilmas debida a la
recesi�n mundial (las importaciones procedentes de
Latinoam�rica representan el 3.55% del total de importaciones
japonesas realizadas en 1995, e incluyen alimentos, materias
primas para la industria textil y la metal�rgica, etc.).
La balanza comercial japonesa con Latinoam�rica correspondiente
a 1995 arroja un saldo favorable a Jap�n de 7,800 millones de
d�lares. Sin embargo, Ia exportaci�n japonesa de bienes de
capital representa el 70% de la exportaci�n total, Io que
contribuye positivamente al desarrollo econ�mico de los pa�es
latinoamericanos a trav�s del mantenimiento y fortalecimiento de
la estructura industrial de estos pa�es.
Al analizar las inlportaciones japonesas procedentes de
Latinoam�rica realizadas en 1995, se observa. con respecto al
a�o anterior, un aumento del 33% en las importaciones de
productos manufacturados,, un incremento del 24% en las
importaciones de comestibles y del 23% en las de materias primas.
Este gran ascenso se debe a la mejora de la competitividad de los
pa�es latinoamericanos como consecuencia del fortalecimiento de
las bases de producci�n. As�Emismo se ha registrado un
importante aumento en las importaciones de comestibles. A este
respecto hay que mencionar los grandes esfuerzos que ciertos
pa�es latinoamericanos vienen realizando a fin de impulsar sus
exportaciones a Jap�n. As�E por &bull ejemplo, Ias
importaciones de comestibles procedentes de Chile ascendieron a
915 millones de d�lares contra los 569 registrados en 1994 (1.6
veces m�s). Las uvas y el kiwi de Chile, as�Ecomo los mangos
mexicanos son muy apreciados en el mercado japon�s.
El porcentaje de nuestra inversi�n en Latinoam�rica con
respecto a la inversi�n japonesa en el exterior ascendi�Een
1994 al 12.7%, un 3.4% m�s que el a�o anterior. Actualmente se
van resolviendo los problemas que dificultaban nuestra inversi�n
en esta regi�n del mundo gracias a la liquidaci�n de las deudas
acumuladas por los pa�es latinoamericanos.
Al analizar las cifras de la inversi�n japonesa en
Latinoam�rica para 1994 por sectores industriales, se observa
que el sector manufacturero ocupa el 15% de la inversi�n,
mientras que el 85% restante corresponde a los sectores no
manufactureros, entre los que se incluyen el financiero y de
seguros (33%) y el de transportes (32%), lo que muestra un
porcentaje m�s alto de la inversi�n japonesa en los sectores no
manufactureros en el caso de Latinoam�rica que en el de otras
regiones del mundo, debido a que la mayor parte de la inversi�n
realizada en Panam�Etiene relaci�n con el registro de buques
con bandera de conveniencia, y a que, por otro lado, casi la
totalidad de las inversiones en las Islas Cayman, las Bahamas y
las Bermudas son en el sector financiero y de seguros, realizadas
con el fin de beneficiarse de las condiciones fiscales favorables
que se dan en estos pa�es.
Sin embargo, al mismo tiempo que la inversi�n japonesa en el
sector financiero y de seguros y en el sector de transportes
aumenta, tambi�n lo hace en el sector manufacturero
latinoamericano, alcanzando la cifra de 1,159 millones de
d�lares en 1994, muy superior a la registrada un a�o antes en
el mismo sector, 364 millones de d�lares. Est�Emejorando el
ambiente de inversi�n debido principalmente a que en los a�os
90 los pa�es latinoamericanos han avanzado significativamente
en la reconstrucci�n econ�mica, manteniendo un crecimiento
estable. �ltimamente las empresas privadas japonesas est�n
dirigiendo su mirada hacia esa regi�n, y hay movimientos
positivos de inversi�n en el sector manufacturero de varios
pa�es latinoamericanos tales como Argentina, en empresas de
fabricaci�n de autom�viles; Brasil, inversi�n en bienes de
equipo en una f�brica de pulpa inversi�n en una refiner�} de
petr�leo y en empresas de fabricaci�n de autom�viles;
Colombia, con participaciones en el sector de las comunicaciones;
Venezuela, inversi�n para la construcci�n de una sider�rgica,
etc. El gobierno japon�s desarrolla una pol�ica de apoyo
indirecto a estos movimientos de inversi�n.
Cuando una empresa japonesa empieza a considerar la posibilidad
de realizar una inversi�n en el exterior, suele llevar a cabo un
estudio exhaustivo para determinar la magnitud del mercado, el
nivel de infraestructuras, el grado de estabilidad econ�mica, la
cuant�} de los sueldos, etc. Durante el periodo de estancamiento
de la econom�} japonesa despu�s de la ruptura de la
"burbuja econ�mica", las empresas japonesas extreman
la precauci�n a la hora de elegir el objeto de su inversi�n. En
esta situaci�n, es necesario que los representantes
latinoamericanos se esfuercen en explicar, clara y concretamente,
las ventajas de una posible inversi�n directa en sus pa�es por
parte de las empresas japonesas. Por otro lado, adem�s, los
pa�es latinoamericanos tienen entre los empresarios japoneses
una imagen de lejan�} que no les beneficia. Es por ello que, al
mismo tiempo que el gobierno japon�s contin�a con entusiasmo la
labor de relaciones p�blicas en favor de los pa�es
latinoamericanos, ser�} aconsejable que �stos desplegaran una
campa�a efectiva para mejorar su imagen en Jap�n.