Jap�n y los pa�es latinoamericanos han estado siempre unidos por fuertes lazos hist�ricos. El descubrimiento del Nuevo Continente por Crist�bal Col�n en 1492 fue motivado por el af�n del Almirante de alcanzar el "oro de Cipango". De este modo fue como Col�n emprendi�Esu viaje en busca de una nueva ruta por el oeste, con la ayuda financiera de la Reina Isabel I de Castilla. As�E al llegar Col�n a las Islas Bahamas y tomando en consideraci�n la distancia de navegaci�n recorrida hasta entonces, el Almirante crey�E erradamente, que se hallaba cerca de Jap�n, de modo que al encontrarse con los nativos de la Isla Espa�ola, adornados con objetos de oro, y al enterarse de la existencia de una mina de este metal llamada Cipao, lleg�Eal firme convencimiento de haber encontrado las costas japonesas, suponiendo que Cipao era una corrupci�n del nombre Cipango. A su regreso triunfal a Espa�a, el Almirante inform�Ea la Corte de que hab�} cumplido su sue�o inicial de haber hallado la ruta por el oeste para llegar a Oriente, y le entreg�Ea la Reina un presente de "oro de Cipango".
En 1973 se erigi�E con la colaboraci�n de la ciudad de
Sendai, una estatua de bronce en honor de Tsunenaga Hasekura, en
la costa de la ciudad de Acapulco, centro tur�tico mundialmente
conocido. Trescientos sesenta a�os antes, en 1613, Masamune Date
hab�} enviado una misi�n diplom�tica a la cabeza de la cual se
encontraba Tsunenaga Hasekura. La misi�n ten�} como destino
Roma y Espa�a, y pretend�} tambi�n establecer relaciones
comerciales con M�xico, en aquel entonces la Nueva Espa�a
colonial. Esta importante misi�n, constituida por 40 espa�oles
y 140 japoneses, lleg�Ea Acapulco tras tres meses de
navegaci�n, y en esta ciudad fue recibida con grandes muestras
de alegr�}. Algunos de los miembros de la misi�n que tuvieron
la oportunidad de presenciar los solemnes actos de celebraci�n
de la Pascua de Resurrecci�n decidieron bautizarse, y el propio
Tsunenaga fue bautizado m�s tarde en Espa�a. Cuando Tsunenaga
regres�Ede Roma pasando por M�xico, la situaci�n hab�}
cambiado adversamente para el prop�sito de su misi�n, a causa
de la prohibici�n del catolicismo en Jap�n, de modo que el
comercio con M�xico no lleg�Ea hacerse realidad.
Con todo, Tsunenaga Hasekura ser�Esiempre recordado como el
precursor de la traves�} del Pac�ico, y su haza�a de haber
cruzado dos veces los oc�anos que ba�an las costas mexicanas
ser�Esiempre tenida como una verdadera gesta, pionera en la
historia de las misiones diplom�ticas japonesas, a parte de ser
su aventura un acontecimiento de crucial importancia en la
historia de los intercambios entre Jap�n y Latinoam�rica.
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El Tratado de Amistad y Com�rcio entre Jap�n y M�xico de 1888 |
Uno de los problemas m�s urgentes que hubo de resolver la diplomacia japonesa en la �poca Meiji fue la revisi�n de los "tratados desiguales" establecidos con las potencias de Europa y de Am�rica. Mientras tanto, en 1888 Jap�n firm�Esu primer tratado en condiciones de igualdad: el Tratado de Amistad, Comercio y Navegaci�n con M�xico, tratado que impuls�E subsecuentes negociaciones con otra potencias.
En 1883 Jap�n adquiri�Eun barco de guerra chileno llamado Arturo Prat, que este pa� hab�} puesto en venta despu�s de vencer a la Confederaci�n Peruano-Boliviana en la guerra del Pac�ico. Este barco, rebautizado con el nombre de Chikushi, intervino se�aladamente en la Guerra Chino-Japonesa. En 1884, Jap�n adquiri�Eun segundo barco de guerra chileno, el Esmeralda, que tras ser rebautizado con el nombre de Izumi particip�E heroicamente en la Guerra Ruso-Japonesa.
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El Kasuga |
En el momento en que Jap�n se encontraba realizando desesperados esfuerzos para preparar sus fuerzas ante la batalla decisiva contra la Armada B�ltica rusa, Argentina le transfiri�E sus dos cruceros m�s modernos, el Ribadavia y el Moreno, actitud que conmovi�Eprofundamente a todo el pueblo japon�s. Estos barcos fueron rebautizados con los nombres de Nissin y Kasuga, e intervinieron significativamente en la Batalla del Mar del Jap�n. El observador militar argentino, Domec Garc�}, enviado por su gobierno para analizar el desarrollo de la batalla, llegar�} m�s tarde a ser Ministro de Marina de Argentina, convirti�ndose de este modo en uno de los medios de acercamiento m�s importantes en la historia de las relaciones de amistad entre ambos pa�es.
En julio de 1918 Hideo Noguchi visit�Ela ciudad ecuatoriana
de Guayaquil con el prop�sito de llevar a cabo una
investigaci�n sobre la fiebre amarilla, por cuyos hallazgos fue
investido con los t�ulos de Director de Cirug�} y M�dico
Militar Honorario de Ecuador, adem�s de serle concedidos los
doctorados honoris causa de las Universidades de Quito y
Guayaquil.
Actualmente existe en la ciudad de Quito una estatua erigida en
memoria del doctor Noguchi, as�Ecomo una calle llamada
"Calle de Hideo Noguchi", para recordar las haza�as de
este em�rito doctor japon�s en su lucha contra las
enfermedades. Es tambi�n un hecho bien conocido que hasta su
fallecimiento en �frica en 1928, Noguchi recorri�EM�xico,
Per�E Jamaica y Brasil realizando diversas investigaciones sobre
enfermedades end�micas. El centro de Investigaci�n de
Enfermedades Tropicales de la Universidad Aut�noma de Yucat�n,
es conocido tambi�n por el nombre de Instituto Hideo Noguchi.
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Homenaje a la Familia del Sr. Suzuki |
El tango naci�Ea finales del siglo XIX en el barrio bonaerense de Boca, y se puso de moda en Europa alrededor de 1910. En 1927, el Bar�n Mekata, considerado entonces en la sociedad parisiense como un experto en bailes de sal�n, lo introdujo en Jap�n. M�s tarde, en 1934, una orquesta llamada Teito Mon Palace Tango Ensamble, en la que Dick Mine cantaba y tocaba la bater�}, grab�Eel primer disco de tangos de nuestro pa�. Los discos grabados por esta orquesta, as�Ecomo los tangos compuestos en Jap�n e interpretados por Noriko Awaya, entre otros, tuvieron un gran �xito entre el p�blico japon�s tanto antes como durante la II Guerra Mundial. En los d�}s de la postguerra, la Orquesta Popular de Tokio, dirigida por Shimpei Hayakawa, y la famosa cantante Ranko Fujisawa, as�Ecomo una serie de actuaciones en Jap�n de la Orquesta Popular de Francisco Canaro, reprodujeron una y otra vez el "boom" del tango.
Aunque el r�gimen de Tokugawa levant�Ela prohibici�n de salida de los ciudadanos japoneses al extranjero en 1866 (justo despu�s del inicio de la apertura de Jap�n a los contactos con el extranjero), seg�n los documentos hist�ricos actualmente disponibles no fue hasta 30 a�os m�s tarde, en 1867, cuando un ciudadano japon�s, Kinzo Makino, inmigr�Ea Argentina, convirti�ndose as�Een el precursor de la inmigraci�n japonesa a Sudam�rica. Generalmente se considera que el establecimiento de un grupo de 35 inmigrantes japoneses en M�xico en 1887, conocido como el grupo de Enomoto, es el primer caso de emigraci�n organizada. En resumen, puede decirse que la emigraci�n de preguerra tiene un peso considerable en la historia de los intercambios entre Jap�n y Latinoam�rica.
En 1949, Eva Per�n, esposa del Presidente Per�n de Argentina, envi�Ea Jap�n el barco R� Iguas cargado de alimentos y otros art�ulos de primera necesidad. La poblaci�n de Jap�n sufr�} entonces las consecuencias de la pobreza, y la generosa acci�n de Argentina emocion�Eal pueblo japon�s.
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Conferencia de Paz de San Francisco en Septiembre de 1951 |
En septiembre de 1951, 49 pa�es participaron en la Conferencia de Paz de San Francisco, que tuvo por objeto la firma del Tratado de Paz con Jap�n. Con motivo de la celebraci�n de esta conferencia, los 20 pa�es latinoamericanos que participaron en ella restablecieron, sin excepci�n, sus relaciones diplom�ticas con Jap�n. En sus discursos, todos los representantes latinoamericanos dieron la bienvenida a la recuperaci�n de las relaciones diplom�ticas con Jap�n y celebraron la reintegraci�n de esta naci�n en la comunidad internacional. El hecho de que M�xico fuera el segundo pa�, tras el Reino Unido, que ratific�Eel mencionado tratado en marzo de 1952 nunca se borrar�Ede nuestra memoria. Desde entonces los pa�es latinoamericanos han ido estrechando sus lazos de amistad con Jap�n hasta el punto de que actualmente (abril de 1995) 21 pa�es latinoamericanos tienen embajadas en Jap�n y 25 han establecido representaciones consulares, incluyendo consulados honorarios.
En el momento de nuestra adhesi�n a la ONU en 1956, todos los
pa�es latinoamericanos nos prestaron su valioso apoyo. En
diciembre de ese a�o, Per�Efue uno de los 34 pa�es a los que
se les encomend�Ela elaboraci�n de la "Resoluci�n
Conjunta para la Adhesi�n de Jap�n" y que, junto con
Brasil y otros cinco pa�es m�s, contribuy�Esignificativamente
para que esta resoluci�n fuera aprobada con los votos favorables
de otros 13 pa�es.
Este acontecimiento fue origen de la actitud favorable que los
pa�es latinoamericanos siempre han mantenido hacia Jap�n con
respecto a las diversas elecciones y resoluciones de la ONU, as�E
como el comienzo de una estrecha cooperaci�n entre nuestro pa�
y Latinoam�rica en las diferentes organizaciones de la ONU y en
otros organismos internacionales.
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La bandera japonesa fue izada en frente de la sede de las Naciones Unidas al ingresar al dicho organismo (1956) |
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J. League Foto S.A. |
Actualmente juegan en la "J League" (Liga de F�tbol Profesional de Jap�n) ocho jugadores argentinos, entre los que se encuentra Visconti, del Marinos de Yokohama, 36 jugadores brasile�os, incluido Giorgi�o, del Antlars de Kashima, y un jugador paraguayo.